Otro museo de la Biblia, en Amsterdam.

Visita el Museo de la Biblia, en Amsterdam.

El mundo está lleno de museos y si estás en Amsterdam tienes varios para visitar. De arte e historia, principalmente, pero si te quieres salir de la norma… ¿qué te parece visitar el Museo de la Biblia? Pues, sí, existe un museo bíblico así que si te interesan las Sagradas Escrituras o tienes curiosidad religiosa lo encuentras a la vera de uno de los canales de esta famosa ciudad. Y mira, si no eres una persona muy religiosa también te lo recomiendo pues funciona en un par de centenarias casas, típicas casas de canal, así que es una buena oportunidad para conocer por dentro una casa del siglo XVII.

Como dije, el museo funciona en dos casas de canal, elegantes casas que datan de 1662. Ambas fueron diseñadas por el arquitecto Philips Vingboon para el comerciante de maderas Jacob Cromhout pero la mayor parte de las decoraciones interiores de estilo barroco, la impactante escalera elíptica, los detalles de estuco y los cielo rasos pintados, son posteriores. Los cielos rasos, por ejemplo, que cubren las habitaciones del primer piso fueron pintados de 1718 y 1750 por Jacob de Wit y representan las cuatro estaciones del año y ciertas escenas de la mitología grecorromana matizada con algunos símbolos del zodiaco.

Las ventanas del piso superior miran a un patio con plantas, un pequeño estanque y estatuas que también puede visitarse. Bien, que el museo lo fundo en 1851 el reverendo Leendert Schouten para exhibir su propia colección y ésta sigue siendo el corazón de la muestra. Dentro de él está la Biblia misma, la primera biblia impresa en los Países Bajos que data de 1477 junto con la primera edición autorizada de la biblia en holandés, la statenvertaling. Pero además hay modelos de templos antiguos, del Tabernáculo por ejemplo, realizados en el siglo XIX, artefactos egipcios recolectados por el reverendo en sus viajes, estelas de piedra, figuras funerarias judías, jarras egipcias, emblemas sagrados de otras culturas, estatuas de dioses y sarcófagos y hasta la momia de una joven mujer.

Como vemos, hay de todo y al reverendo parecían gustarle muchas otras cosas. Pero, aunque no lo parezca todo tiene un hilo conductor y este es el estudio bíblico por eso hay ediciones raras, antiguas, traducciones, impresiones, información sobre la distribución de esas primeras biblias impresas y mucho más. A todo esto hay que sumarle la maravillosa y centenaria arquitectura de las dos casas, un verdadero tesoro.

Lectura completa en diariodeunturista.com