La racionalidad de la Biblia.

Es raro encontrar algo en Internet que proclame la racionalidad de la Biblia. Y más raro aún encontrar a alguien afirmando que sobre la creación el Génesis ya dió "una interpretación tan científica y racional" que ha sido precisos más de 3.000 años para "verla plasmada de forma ordenada como parte integrante, y esencial, de la ciencia."

Pues este otro "raro"  --ya que en este aspecto yo también lo soy-– es Jorge Trias Sagnier, que en abc.es publica un breve artículo que toca esta cuestión.

Por cierto, buena muestra de que yo también soy raro en este aspecto la podéis encontrar en estos enlaces: 1) Sobre Evolución. 2) Sobre el Genoma.

Janucá

Los textos bíblicos, como ha analizado en diversos escritos el Papa Benedicto XVI, son, esencialmente, racionales

(Por Jorge Trias Sagnier, en abc.es)

Ayer, con una gran fiesta y con el encendido de las velas en un candelabro de nueve brazos, uno más del habitual, finalizaron los ocho días de celebraciones que conmemoran la recuperación del Templo de Jerusalén y el milagro del escaso aceite que, apenas para un día ardiendo, lo hizo durante ocho. ...

Los textos bíblicos, como ha analizado en diversos escritos el Papa Benedicto XVI, son, esencialmente, racionales. De un modo sencillo y comprensible van explicando qué es el día y qué la noche; por dónde sale el sol y en qué lugar se acuesta; la separación de las aguas, del cielo y de la tierra; la división de las especies y la primacía del ser humano; la distinta naturaleza del hombre y la mujer; los preceptos básicos para convivir con el prójimo; en suma, la existencia del mal y el triunfo final, siempre, del bien, aunque haya que soportar situaciones casi insoportables.

En una época de explicaciones fabulosas sobre la creación del mundo, el libro del Génesis, mil quinientos años antes de la era cristiana aproximadamente, da una interpretación tan científica y racional, que se tardará más de treinta siglos, con la Ilustración y los enciclopedistas, en verla plasmada de forma ordenada como parte integrante, y esencial, de la ciencia. No conozco otro libro más hermoso que la Biblia. Hubo grandes hombres, como Carlomagno, que no sabían leer ni escribir, pero que conocían sus textos de memoria. ¡Feliz Janucá!

Lectura completa en abc.es