Polémicas de arqueólogos (4): origen del bronce del Templo de Salomón.

Nuevamente le traigo un extracto del amplio artículo de “National Geographic” sobre las polémicas entre arqueólogos partidarios de la cronología bíblica y partidarios de la "baja cronología".

Esta vez se trata del descubrimiento por parte del arqueólogo Thomas Levy de las minas del cobre imprescindible para todo el bronce ámpliamente utilizado en la construcción del templo de Salomón.

(Ir al extracto anterior)

David y Salomón, reyes de la polémica

¿Fue el reino de David y Salomón un imperio glorioso, o una modesta población de campesinos y pastores? Depende del arqueólogo a quien se pregunte.

^{(Por Robert Draper, en nationalgeographic.com)}

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Levy, antropólogo de formación, llego al sur de Jordania en 1997 para estudiar el papel de la metalurgia en la evolución social. El área de Favnan, donde los destellos verdiazulados de la malaquita se aprecian desde lejos, era un campo de estudio obligado. Fué aquí donde el rabino y arqueólogo estadounidense Nelson Glueck anunció impertubáblemente en 1940 el hallazgo de las minas edomitas que controlaba el rey Salomón. Más tarde, varios arqueólogos británicos creyeron hallar pruebas de que la datación de Glueck erraba en unos tres siglos, y que en realidad Edom correspondía al siglo VII a.C.

Sin embargo, cuando Levy empezó a excavar el yacimiento conocido como Jirbat en-Nahas («ruinas de cobre» en árabe), las muestras que remitió a Oxford para su datación por radiocarbono confirmaron que Glueck no andaba desencaminado: en efecto era una mina del siglo X y, añade Levy enfáticamente: «la mina de cobre más cercana a Jerusalén».

El equipo codirigido por Levy y su colega jordano Mohammad Naijar ha sacado a la luz una puerta de acceso a la ciudad con cuatro cámaras similar a las halladas en ruinas israelíes que podrían corresponder al siglo x a.C. A pocos kilómetros de las minas han excavado un cementerio con más de 3.500 tumbas que data del mismo período. Da la impresión de que las minas fueron abandonadas a finales del siglo IX, y el estrato que evidencia tal abandono, excavado por los estudiantes de Levy, podría explicar por qué.

En dicho estrato hallaron 22 huesos de dátil, que datan del siglo x a.C., junto a objetos egipcios tales como un amuleto de cabeza de león y un escarabajo, ambos pertenecientes a la época del faraon Sheshonq I,. cuya invasión de la zona poco después de la muerte de Salomón quedó registrada en el Antiguo Testamento y en el templo de Amon en Karnak. «Creo firmemente que Sheshonq desmanteló la producción de metal de esta factoría a finales del siglo x —dice Levy. Los egipcios del Tercer Periodo Intermedio no tenían capacidad para desplegar una fuerza de ocupación, por ello no encontramos moldes de pan egipcios ni otra cultura material. En cambio si eran capaces de organizar campañas militares nada desdeñables. suficientemente importantes como para someter estos pequeños reinos y evitar que se convirtieran en una amenaza.»

El «infierno» que ha desenterrado Levy en Jirhat en-Nahas podría llegar a ser un infierno para la escuela Finkelstein de la cronología baja. Las minas de cobre tal vez no sean tan atractivas como el palacio del rey David o el mirador en el campo de batalla de David y Goliat, pero la excavación de Levy supera en duración y superficie a las de Eilat Mazar y Garfinkel, y recurre en muchísima mayor medida al análisis por radiocarbono para determinar la antigüedad de las capas estratigráficas del yacimiento. «Todos los investigadores de las ultimas dos generaciones afirmaron que Edom no existía como estado antes del siglo VIII a.C. —dice Arnihai Mazar—, pero las dataciones por radiocarbono de Levvy cuentan otra historia, una historia que nos habla de los siglos X y IX a.C., nadie puede tacharlas de incorrectas.»

Pero eso es precisamente lo que los críticos de Levy hacen. Agunos consideraron sus primeras 46 dataciones insuficientes para una reordenación en la cronología de Edom. Pero en la segunda tanda de análisis por C-14 Levy duplico el número de muestras y seleccionó con suma meticulosidad carbón vegetal procedente de arbustos con anillos de crecimiento verificables.

Pese a lo caro que resulta el análisis por C-14 (datar un solo hueso de aceituna cuesta mas de 350€), la técnica no es la panacea. «El radiocarbono no ayuda a resolover toda esta polemica —apunta Eilat Mazar-. Existe un margen de error de unos 40 años aproximadamente. Las interpretaciones varian dependiendo del laboratorio. Todo lo del C-14 es objeto de debate.

Y así es, Finkelstein y Amihai Mazar siguen enzarzados en una disputa interminable sobre la datación de uno de los muchos estratos de Tel Rehov, una ciudad de la edad del bronce y del hierro en la margen este del Jordan. Mazar sostiene que el estrato podria ser salomónico. Finkelstein dice que es posterior, de la dinastia omrida llamada así por Omri, padre de Ahab. El intervalo que hay entre una epoca y otra es de unos 40 años.

«Muchas de las dataciones por radiocarbono del periodo en cuestión abarcan justamente la horquilla de la polémica —señala Amihai Mazar, riendo por lo bajo con desaliento—. Ni mas ni menos. Y asi llevamos 15 años.» 

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Lectura completa en nationalgeographic.com

(Versión traducida)  

Síntesis:

Según la Biblia: De acuerdo con la descripción bíblica, el templo de Salomón estaba repreto de piezas de bronce que habrían requerido grandes minas de cobre (Véanse todos estos versículos. Al final del primer listado, se pueden obtener más pinchando en "More results from Reina-Valera 1960").

A favor: Thomas Levy está excavando las ruinas de una factoría de cobre de los siglos X y IX a.C., lo que implica la existencia de una sociedad compleja y centralizada en época de Salomón.

En contra: Para los críticos, las minas no demuestran la existencia de un reino israelita.