Evaluando la posibilidad de demostrar la falsedad del Éxodo, Pablo y Tomás dialogaron hace días acerca de que en el ámbito de las ciencias empíricas las demostraciones nunca son “definitivas”. En un segundo diálogo trataron sobre la integridad de los datos utilizados en la argumentación: "que estén todos los que son y que sean todos los que estén".
Y ahora deben retomar el asunto, pues Tomás andaba un poco perdido respecto al sentido global y la utilidad de todo lo comentaron. Se interrumpió el diálogo cuando Pablo tuvo que ir al servicio.
Tras la vuelta de Pablo siguen dialogando en los siguientes términos:
Pablo.- Disculpa la interrupción. ¿Donde estábamos?
Tomás.- Sí, te comentaba que lo que acabamos de ver lo he entendido perfectamente: puedes encontrar artículos o libros muy bien hilvanados argumentalmente, pero que sólo se apoyan en parte de los datos actualmente conocidos por la comunidad científica. De ahí la necesidad de informarse de otras fuentes antes de acepta cualquier conclusión que afirme la falsedad de la Biblia.
Pablo.- Ah, bueno. Pues eso es todo. No hay más que añadir.
Tomás.- Ya, pero es que no acabo de ver la utilidad de esto ni de lo del otro día. Lo de las pruebas, demostraciones, provisionalidad e integridad se me resiste un poco cuando quiero entenderlo con cierta perspectiva general. Aunque he seguido bien el hilo argumental, reconozco que no acabo de verle un sentido global. ¿Prácticamente, qué utilidad tiene todo esto?
Pablo.- Bueno, Tomás, es que todo empezó antes de la conversación del otro día. Pensé que había visto el documental “El Éxodo descifrado”.
Tomás.- No. Ese documental no lo he visto. Pero sí leí el artículo sobre la imposibilidad de probar la falsedad del Éxodo, el que se supone que va antes del diálogo en el que me has puesto de coprotagonista.
Pablo.- Pues es que al inicio de ese documental el profesor Phillip Davies sale afirmando que "Con respecto al Éxodo, no tenemos pruebas de que sí sucediera, y si bastantes pruebas de que no sucedió, de que se lo inventaron”. Claro, el que sigue viendo el documental enseguida se da cuenta de que su afirmación es insostenible. Pero... ¿que hay de otras posibles declaraciones, documentales o artículos que no estén en un contexto de mayor objetividad? O al menos, en un contexto en el que sí se tenga en cuenta la visión de personas empapadas con la cultura bíblica?
Tomás.- Sí. Te entiendo. Hoy días es bastante habitual el aceptar como cierto y definitivo cualquier cosa que salga en los medios de comunicación.
Pablo.- Exacto. Y sobre todo si los autores viene arropado con etiquetas como la de “científico”, “arqueólogo”, “experto”,... palabras que en el fondo sólo hacen referencia a la metodología que utilizan y a lo mucho que hayan “pateado” en su campo de actividad.
Tomás.- Claro, esas etiquetas nada aportan respecto a la ética, a los prejuicios o a la objetividad de dichos autores.
Pablo.- Pues ahí entra la utilidad de lo que hemos visto. Sé de personas que se han sentido frustradas tras la lectura de autores que ven la realidad a través de las lentes del ateísmo y del “antibiblismo”. Y claro, las conclusiones de este tipo de autores pueden ser muy coherentes, sí, pero coherentes conforme a sus convicciones, a su forma de ver y entender la realidad; las mismas que orientaron sus estudios. Por eso no hay que dar por sentado todo lo que se afirme en cualquier escrito. Conviene mantener la actitud de los judíos de Berea.
Tomás.- ¿Quienes son esos judíos?
Pablo.- Eran judíos de tiempos de Pablo, que no se conformaban con lo que les decía el apóstol. Lo comprobaban todo con los medios a su alcance: el Antiguo Testamento. Afortunádamente hoy tenemosmás: el Antiguo Testamento, el Nuevo, cantidad de estudios bíblicos, arqueológicos, historiográficos, etc. Sí, más vale comprobar, pues ni el prestigio ni la buena intención de los autores garantizan en absoluto la verdad de sus opiniones.
Tomás.- Bueno, sí. Por lo pronto, según el artículo que pusiste sobre la factibilidad de probar la falsead del Éxodo, está claro que se puede tachar de fraudulento cualquier escrito o documentos en general que afirme taxativamente la falsedad del Éxodo.
Pablo.- Fraudulento, o al menos equívoco. Pues descartando la posibilidad de fraude intencional, hay que reconocer que aún cabe la posibilidad que el autor se esté expresando inadecuadamente. Porque no es lo mismo “probar” que “demostrar”. Probar implica la presentación de evidencias incontrovertibles, y hasta el presente nadie ha podido presentarlas. En cambio, sí abundan elaboradas argumentaciones basadas en diversidad de evidencias que, aunque no prueben directamente la falsedad de la Biblia, sí puedan inducir a pensar en la su falsedad.
Tomás.- Vale, vale. Y supongo que en ese tipo de casos es ahí donde entran las cuestiones que hemos visto hoy y el otro día, ¿no...?
Pablo.- Exacto. Si llega a nuestras manos un escrito argumentando la falsedad de la Biblia, lo primero es evaluar la integridad del conjunto de informaciones que utiliza en la argumentación. Bueno, quizás no lo primero, pero sí lo segundo.
Tomás.- ¡Anda! ¿Qué es lo que pones en primer lugar?
Pablo.- Lo primero, que lo doy por hecho, es una detallada lectura que nos permita sopesar la coherencia argumental del escrito y la legitimidad de las evidencias sobre las que se basa esa argumentación. Me refiero a la legitimidad de las evidencias que sí utiliza el autor. Eso sería lo primero.
Pero luego, es preciso cuestionar si ese conjunto de evidencia sobre las que se apoya incluye todas las que hasta la fecha se han descubierto.
Tomás.- Sí, claro, pero esto no es fácil. ¿Cómo voy yo a saber que existen más evidencias sobre un tema de arqueología de las que presente el supuesto escrito? Eso que dices es utópico.
Pablo.- Bueno, algo de razón tienes. ¿Pero qué menos que mantener una actitud de precaución? No parece muy razonable aceptar sin mayor indagación que un artículo que pretenda demostrar la falsedad de la Biblia sea capaz de derrumbar ingentes trabajos de arqueología bíblica. Y esto además de todas las evidencias históricas que hasta los mismos antibiblistas admiten, aunque interpretándolas bajo prismas naturalistas.
Tomás.- Jobar, no pretenderás convertir la lectura de cualquier artículo o libro en una investigación bibliográfica.
Pablo.- Bueno, esto depende de las intenciones de cada uno. El que realmente desee aproximarse lo más posible a los hechos conocidos hoy día estará dispuesto a indagar. El que sólo busque una lectura entretenida, supongo que le sobra todo esto.
Tomás.- Vale. Pero aún suponiendo que quiero indagar, no te creas que es fácil.
Pablo.- Quizás no. Pero si es tu caso, al menos, recurre a biblicamente.org. No hay mucho, pero en lo que respecta a la historicidad de la Biblia ya hay bastantes páginas sobre el tema.
Pablo.- Mira, te puedo poner un ejemplo. Hace poco llegué a una página que hace un resumen del libro "La Biblia Desenterrada" de Finkelstein. Pues bien, te leo sólo un párrafo de lo que se puede encontrar en esa página:
“Respecto a la suposición que cientos de miles de judíos fueron esclavos en Egipto no hay pruebas históricas o arqueológicas de que así fuera, y eso que los egipcios eran meticulosos anotando detalles de sus vidas... el éxodo a la tierra prometida fue un embuste.”
Nota: No es copia literal, sino una adaptación que mantiene el sentido. He preferido hacerlo así para no incurrir en copia literal sin mención de la página de origen y del autor. Y espero sepan disculparme si así lo hago. La razón es la siguiente: Desde estas páginas lo que intento es promocionar la Biblia y mostrar que no es un libro de fábulas. Bajo esa premisa, sería absurdo que desde estas mismas páginas publicitara otras que justamente pretender desprestigiar a la misma Biblia; y máxime cuando lo hacen bajo una óptica que yo considero errónea, cuando no mal intencionada.
Tomás.- ¡Vaya! No se andan con chiquitas en esa página.
Pablo.- No, y el resto va en el mismo sentido. Pero cuando veas el documental, juzga tu mismo si se puede mantener esa afirmación.
Tomás.- Sí, lo veré, pero ya me imagino por lo que me has contado.
Pablo.- Incluso puede juzgar la objetividad del mismo Finkelstein. Lee los extractos sobre el artículo de National Geographic. En especial el 5º. Por otra parte, el argumento estrella sobre el que la cita anterior basa la falsedad del Éxodo se viene abajo según la hipósteis de Jan Assmann.
Tomás.- ¿A qué argumento estrella te refieres?
Pablo.- Lo que viene a decir el autor en esa cita es que "como los egipcios eran tan meticulosos anotando en sus anales hasta detalles cotidianos de su vida, lo lógico es que hubiesen registrado acontecimientos tan importantes como la esclavitud de los hebreos y el Éxodo; así que si no aparecen registros de esos acontecimientos, es que son falsos".
Tomás.- Hombre, no parece descabellada esa forma de razonar.
Pablo.- ¡Pero Tomás, que para los egipción lo del Éxodo fué una humillación! ¿Que interés podían tener en registrarlo para las futuras generaciones? Pero es que además, ese argumento se viene abajo según la hipótesis de Jan Assmann: la misma causa que empujaba a los egipcios a registrar meticulosamente detalles nimios de su vida era la que les hacía ignorar en sus anales los acontecimientos que para nosotros serían importantes históricamente. Lee el extracto del artículo sobre la concepción egipcia del tiempo. Es interesantísimo.
Tomás.- Esos extractos sí los he leído. Si, si; te entiendo: es una irresponsabilidad intelectual aceptar sin mentalidad crítica cualquier escrito o documental sobre estos temas, que además de complejos, son polémicos.
Pablo.- Y bueno, por último, no hay que olvidar lo que comentamos el otro día sobre la provisionalidad de cualquier argumentación científica.
Tomás.- Sí, sí. Lo de la provisionalidad de cualquier demostración empírica.
Pablo.- Exacto: Siempre hay que estar abierto a la posibilidad de nuevos descubrimientos. Y mira, un buen ejemplo es lo del descubrimiento de los “libros” cristianos con unos 2000 años de antigüedad. Cuando vimos el otro día el tema de provisionalidad aún no había salido a los medios ese descubrimiento. Y según los expertos, probablemente trastoque todos los esquemas que hasta ahora se tenía sobre los primeros cristianos.
Tomás.- Claro, claro. Sí, es impresionante lo de esos libritos. ¡A ver que es lo que aporta sobre la historicidad del Nuevo Testamento y el origen de las primeras iglesias cristianas.
Pablo.- Lo que es seguro es que dará mucho que hablar. Y, claro, ya me imagino que igual que algunos lo verán como una fuente de evidencias acerca de la historicidad de la Biblia, también abundarán los que por convicción o interés se esfuercen por desprestigiar el descubrimiento.
Tomás.- ¿Cómo que por interés? ¿Acaso piensas que puede haber alguien que por interés pretenda ocultar o al menos desprestigiar algo que puede aclarar sucesos importantísimos de la historia?
Pablo.- Bueno, bueno, bueno, Tomás. Lo cierto es que en muchas ocasiones las convicciones se mezclan con el interés, pero también es cierto que el interés acaba marcando las convicciones en infinidad de casos. Y en todo lo relacionado con la Biblia está claro que no solo hay intereses a su favor.
Tomás.- ¿A qué te refieres?
[En este punto suena el teléfono móvil de Pablo]
Pablo.- Sí. Dime...
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