Con la Biblia a cuestas

Aquí, en España, no es muy habitual ver personas portando alguna biblia entre las manos. Entre católicos aún no está muy extendida le lectura de la Biblia, y mucho menos su estudio y utilización en reuniones junto a otros cristianos. Por otra parte, los protestantes no son muchos por estas latitudes.

Pero bueno, esto quizás pueda cambiar. Aunque no me refiero al hecho de leerla, estudiarla o compartirla entre amigos o en reuniones eclesiales, sino al hecho de llevarla a cuestas.

Y es que las nuevas tecnologías te permiten llevarla encima sin ninguno de los posibles inconvenientes: el bulto y peso que supone (aunque si se trata del NT, bastante menos) o la “turbación” que pueda suponer para “creyentes novicios” el mostrarse con tan evidente símbolo de religiosidad entre conciudadanos poco dados a ella y sí muy propensos a ridiculizar lo que no entienden o lo que perturba sus conciencias.

Ya desde años se podía llevar en los smarphones, pero claro: en realidad suponía sustituir un “bulto” por otro de tamaña parecido; si es que hablamos sólo del Nuevo Testamento, ya que respecto a una biblia completa un smarphone ocupe bastante menos. 

Claro está que con el smarphone se podían llevar gran cantidad de otras aplicaciones, pero al fin y al cabo, llevarla consigo seguía suponiendo cargar un bulto de difícil ubicación entre los bolsillos disponible (yo aún no tengo resuelto este problemas, y ya he probado desde los smarphones de 3” hasta las tablet’s de 7”, y en ningún caso he llegado a un compromiso satisfactorio). 

Además, si lo piensas bien, en un smarphone no llevas realmente una biblia en castellano que puedas leer. En el mejor de los casos lo que tienes es una colección de ceros y unos grabados en la tarjeta de datos (en realidad, las señales que se corresponden con esos unos o ceros) . Si no cuentas con los programas adecuados actuando en la memoria del teléfono no podrás consultar la Biblia. La otra posibilidad es que ni siquiera lleves esa colección de ceros y unos en el móvil, sino que sea una aplicación que te permita consultar la Biblia a través de Internet. Lo cierto es que bien sea por agotamiento de la carga o por avería del smarphone, cuando menos lo esperas, te quedas sin la Biblia.

Y es que hay que reconocer que no hay nada igual a la Biblia en papel, con sus letras bien impresas, que las lees tu mismo sin necesidad de la mediación de unos programas que te traducen ceros y unos a palabras que tu entiendas en una pantalla táctil.

Pues bien, parece ser que ya está aquí. Sí, la posibilidad de llevar tu biblia, con letras reales y formando palabras en tu idioma (no unos y ceros), pero con un tamaños super-hiper-mega-pequeño. Tanto como medio centímetro cuadrado.

Más que un libro, habría que hablar de una joya. Y no sólo por su pequeño tamaño, sino también por la utilidad que en realidad acabarán dándole. O mas bien habría que hablar de un mini "joyero", pues en realidad la "joya" es lo que contiene: la "Palabra de Dios".

La editorial en este caso (si es que se puede llamar editorial a la empresa que fabrica estos chips con la Biblia impresa en ellos) es la “Jerusalén Nano Bible”. Comenta  el director de la empresa, Ami Bentov: "Se suele decir aquello de 'que la Biblia vaya siempre contigo'. Pues ahora nosotros hacemos que sea más posible y cómodo que antes. Queremos que los cristianos tengan la posibilidad, si lo desean,  de viajar por todo el mundo con la Biblia pegada a su cuerpo. Cerca de su corazón para  poder sentirlo". Y...  "Hemos compilado todo el Nuevo Testamento en una versión de cinco milímetros. Se puede leer con un microscopio pero el objetivo primordial es que se pueda llevarse encima a todos sitios. Puede incrustarse en una joya, un collar, un libro  o en unas gafas como alguien ya nos ha pedido".

Para conseguir grabar “tantas letras” en medio centímetro cuadrado tuvo que intervenir el departamento de Nanotecnología de la Universidad de Tel Aviv. Según informa  Yigal Lilaj, el artífice en este caso, “Cada letra son 600 nanómetros y un nanómetro son unos 10 átomos". Por su parte, Bentov aclara que el formato no es nuevo: "Hace  varios años, ya se creó en Israel un chip del Tanaj que recibió el presidente Simón Peres para entregárselo al Papa Benedicto XVI. Nosotros quisimos convertirlo en algo más popular, es decir fabricar en cadena decenas de miles de chips a un precio asequible". La unidad más simple (sin accesorios o adornos) costará unos 55€. 

Parece lógico pensar que el mayor mercado de este producto no estará en Israel, pues en este microchip lo que se ha grabado es el Nuevo Testamento. Más bien serán los cristianos del resto del mundo (en Israel menos del 5% de la población es cristiana). La industria de la joyería se ha interesado por estos chips para engarzarlos en sus creaciones: "Hay joyeros que se han interesado en el chip. Nosotros se lo damos y ellos hacen su trabajo para presentarlo como una joya", comenta el director de la “Jerusalén Nano Bible”.

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