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En las últimas semanas he comentado sobre el capítulo 15 de Deuteronomio. En primer lugar, por marcar un hito muy positivo en la historia al limitar el tiempo de esclavitud para los hebreos. Y en segundo lugar, por volver a marcar hito al regular la liberación de los esclavos de tal forma que realmente pudiesen integrarse en la sociedad sin riesgos de exclusión; algo que en cambio, en nuestra sociedad se está convirtiendo en tan habitual que casi no se percibe.
Redactando el segundo post me fijé en otro tema igualmente relacionado con los riesgos de exclusión social y en el que la Biblia también marcó hito. Y es que el Antiguo Testamento no sólo dejó normas para la liberación e integración de los esclavos, sino que se preocupó igualmente de regular las relaciones sociales para impedir que los desfavorecido se viese sin medios de subsistencia.
Ya vimos en ese mencionado post que en España tenemos un sistema de prestaciones sociales bastante bueno. Pero también vimos que no es “eterno”. Si mientras desciendes por lo que llamé “la dolorosa senda hacia la marginación social” no consigues “agarrarte” a un empleo o actividad que te permitan ingresos para mantenerte integrado en la sociedad (ingresos para alimentos, vestidos, cobijo,...), acabas en una desesperante situación de falta absoluta de recursos.
A pesar de que algún caso se ha dado, y de que lamentablemente las expectativas no son halagüeñas, hemos de reconocer que hoy día no es habitual encontrar casos de inanición por falta de recursos. Pero esto es así por la misericordia de familiares, amigos u ONG’s, porque lo cierto es que no tenemos estructurada nuestra sociedad con normas que eviten esos extremos. Es más, cuando alguien llega al final de la senda que lleva hasta la marginación, la estructura social que nos hemos dado ni siquiera le permite vivir de lo que pueda recoger de la naturaleza. Porque como ya apunté, cualquier porción de suelo patrio es propiedad de algún particular, del estado, del ayuntamiento o de cualquier otra entidad. Al margen de que sea propietario público o privado, siempre contará con el apoyo de las leyes para defenderse de cualquier injerencia externa; incluida la del que sólo busca para llevar alimento a la boca. Y es que nuestras leyes no contemplan particularidades para casos extremos, como el del que roba por necesidad vital (al menos que yo sepa). Aún más, puestos a legislar, hasta se prohíbe buscar comida en la basura. ¡Ya sólo falta prohibir morirse de hambre en la acera!
Pues bien, si estas son las expectativas para el indigente en nuestra sociedad del siglo XXI, ¿cuánto no daría él por contar hoy día con leyes similares a las viejas normas que la Biblia consignaba a los hebreos hace ya 35 siglos? Reglas que evitaban que los desfavorecidos se viesen sin sustento y que además no eran nada complicdas:
En Deuteronomio 24:19 es donde encontramos un precepto que posibilitaba que los desamparados también pudiesen llenar “sus despensas”:
“Cuando segares tu mies en tu campo y olvidares alguna gavilla en el campo, no regresarás a tomarla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda; para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos”.
Bastante claro ¿no?: Al propietario del campo se le prohibía apurar al máximo la cosecha con el fin de que quedare fruto para que los menesterosos pudiesen cosechar para su alimento.
Recoge la Biblia una preciosa historia que sólo cobra sentido a la luz de esta norma. Me refiero a Ruth y a la forma en que conoció al que acabó siendo su esposo:
"Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz. Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía. (Fíjate que Ruth no pide autorización al dueño de la finca, pues la norma bíblica lo permitía. Pide permiso, por respeto, a su suegra)
Fue, pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores; y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec.
Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con vosotros. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga. Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven? Y el criado, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab; y ha dicho: Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento.
Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas"..
(Ruth 2:1-8)
Como ves, Booz, sabiendo que los menesterosos podían espigar en cualquier campo, se preocupó de que Ruth no dejase de ir al suyo: ¡Bien hermosa debió ser Ruth!, y buen ojo debía tener Booz. Y también buena muestra de lo habitual que era que los indigentes pudiesen espigar en cualquier campo ajeno es el consejo que Noemí dio a Ruth en 2:22.- “Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en otro campo”.
Si aún no conoces la historia de Ruth, te invito a que la leas entera. Sólo son 3 capítulos, pero muy interesantes. Así podrás descubrir los entresijos por los que tuvo que pasar Booz para conseguir casarse con Ruth.
También hay otra interesante regla en Deuteronomio con sentido similar, pero cuyos beneficiarios no sólo son los indigentes, sino cualquier persona que coyunturalmente pueda necesitar alimento. Pero esto lo dejo para un próximo post.
Una reflexión sobre la norma que hemos comentado. Pero una reflexión para ti que lees:
¿No te ha llamado la atención que la norma de Deuteronomio 24:19 no esté redactada de forma genérica para cualquier tipo de desamparado? Especifica que las gavillas sobrantes sean para el extranjero, el huérfano y la viuda. ¿Acaso los que no entraban en esas tres caegorías no podían beneficiarse de la norma? ¿Qué te sugiere esa concreta omisión de otros colectivos?
Pistas: ¿Cómo era posible que un hebreo cayese en la condición de esclavo? ¿Cómo salía de esa condición? (Es lo que hemos visto en los últimos post sobre "Noticias de la Historia). Piensa también que las aparentemente duras palabras de Pablo en 2ª de Tesalonicense 3:10 ("Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma") pueden tener justificación por un contexto social similar al que existía cuando se escribió Deuteronomio.
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