<-- Primer post de esta serie | |
<-- Post anterior | Post siguiente --> |
Vuelvo sobre el tema de los milagros, la evolución de la definición de ese vocablo en los últimos años, las implicaciones de esa evolución y las posibilidades de discernir cuando un hecho está realmente causado por una inteligencia sobrehumana (por no decir "divina") al margen de que conozcamos los procesos y leyes subyacentes a la manifestación del presunto acontecimiento milagroso.
He considerado más adecuado dejar para el final las implicaciones de la evolución en la definición "oficial" de milagro y centrarme hoy en cómo descubrir el “marchamo” de autenticidad de estos. Es decir: explorar las vías disponibles para "descubrir" la Inteligencia rectora que los pilota.
La guía para localizar un auténtico ibérico: el ""marchamo"
Claro, me refiero a Inteligencia sobrehumana, que bien puede ser divina o de otra naturaleza, pero siempre ajena a las voluntades y capacidades de los seres humanos. En un contexto actual, se podría pensar en inteligencias extraterrestres; en un contexto decimonónico en espíritus; y en un contexto bíblico, en demonios o ángeles. Pero en cualquier caso, voluntades diferentes de las humanas. El discernir si esa inteligencia eficiente es la de Dios o la de cualquiera de las opciones antes mencionadas es cuestión en la que no entraré. A mí personalmente me vale la idea de que la actuación de ángeles está íntimamente ligada a la voluntad divina y la de que sólo me interesa discernir la posibilidad de suceso milagroso cuando éste tiene relación con la historicidad de la Biblia.
Entrando ya en materia, enlazo con la cuestión que cerraba el post anterior: “Si Dios actúa conforme a las leyes naturales, no hay forma de distinguir cuales son los casos en los que Dios está detrás, obrando milagrosamente”.
Ya adelantaba respuesta en el sentido de que esa afirmación es falsa, porque el hecho de que un acontecimiento responda conforme a las leyes naturales, ninguna información aporta respecto al promotor de dicho acontecimiento. Pero siempre existen medios que permiten averiguar "quien movió los hilos". De hecho no hay crimen en el que no se aprovechen las leyes naturales para cometerlo (la gravedad terrestre, los efectos en el organismo de sustancias venenosas, la reacción ante la privación de oxígeno, etc.) y a ningún fiscal se le ocurre desechar la intencionalidad cuando se encuentra con un muerto por traumatismo, envenenamiento o asfixia.
Y es que conocer el proceso no lo es todo. Pongo un ejemplo que quizás ayude a entenderlo:
Imagínate que llegas a casa y te encuentras una estupenda tortilla de patatas esperando ser comida. La comes, y cuando estás recogiendo la mesa te llaman por teléfono:
- Hola, Carlos. ¿Qué tal la tortilla?
- ¡Huy! ¿Cómo sabes que me he comido una tortilla?
- Porque la he hecho yo para ti.
- Carmen, no me vengas con chorradas. Conozco perfectamente el proceso que origina las tortillas. No es más que el batido de huevos coagulados a temperatura elevada. Cualquiera puede hacerla. Incluso si se dejan pasar millones de billones de años, por simple estadística acabará surgiendo una estupenda tortilla, incluso de patatas.
- Vaya, Carlos. Se ve que conoces muy bien el proceso que origina las tortillas. Pero me extraña mucho que desconfíes en concreto que yo sea la autora de esa tortilla que has comido hoy.
- ¿Por qué tú, si la puede hacer cualquiera? Sé perfectamente cómo se hacen y también sé que no se precisan intervenciones especiales.
- Pero Carlos, ¿ya has tenido en cuenta el "factor de oportunidad"?
- ¿Que...?
¿A qué se refiere Carmen con eso del "factor de oportunidad"?
Sencillamente al cúmulo de circunstancias que bien podrían haber hecho pensar a Carlos que esa tortilla, que tanto le gusta, y que con tanto aprecio rebañaría después de una dura jornada de trabajo es obra de Carmen, su querida esposa. ¿Quién más le ama y se preocupa tanto por él? ¿Quién conoce perfectamente sus horarios de trabajo? ¿Quién conoce sus gustos gastronómicos?
Expresiones del tipo: "que oportuno que precisamente haya sucedido ahora", "vaya casualidad", ¿no te parece haberlas oído antes? Especialmente en la clase política y empresarial de alto nivel.
Dediqué un post a los políticos y empresarios que cuando se ven acosados por la justicia siempre sacan a colación los "manos negras". Esos enemigos encubiertos que desde las sombras manejan para que sus asuntos salgan a la palestra oportunamente cuando pueden acallar en los medios de comunicación a otros temas más graves o cuando simplemente pretenden quitarles de en medio como personajes molestos. Expliqué lo poco coherentes que son al ver con tanta facilidad intencionalidad en los asuntos que a ellos conciernen, y sólo ver "azar" en cuestiones con muchísimas menos probabilidades de que sucedan por casualidad. En aquel post me refería concretamente al origen del universo, la biosfera y la humanidad. Pero también es aplicable el mismo principio para evaluar la posible intencionalidad detrás de los acontecimientos factibles de ser milagros (o mejor: acontecimientos desencadenados por la divinidad).
Centrándonos en los milagros, ¿cuál sería el factor de oportunidad? O mejor: ¿ya es preciso algún otro factor además del cúmulo de factores naturales (gravedad, geografías, hidrografía, meteorología, características de los materiales, etc.) imprescindibles para que sucedan las cosas?
Pues no. Para que simplemente sucedan las cosas, no. Pero para que además lo hagan donde, cómo y cuándo interese, sí se precisa algo más que simplemente el que ocurran por casualidad.
En el caso del “milagro por antonomasia”, la creación, ya vimos en la serie sobre Eric Metaxas y el Principio Antrópico que el cúmulo de circunstancias necesarias para que se origine el universo que permite la vida y la inteligencia humana es tan tremendo y abrumador, que cualquier persona medianamente inteligente e informada descarta totalmente al azar y la necesidad como motores del origen y evolución del universo. En aquel caso fue la Inteligencia Suprema la que marcó el facto de oportunidad.
Pero no es preciso recurrir al “milagro por antonomasia”. Hay muchos más acontecimientos registrados en la Biblia, que sus protagonistas atribuían a Dios, no tanto porque no entendiesen los procesos físicos subyacentes, sino porque “justamente sucedían en el sitio, la forma y la ocasión que precisaban o que se les había anunciado”.
El que dio origen a esta serie: El relato de la “la parada” del Sol, justo cuanto lo necesitaba Josué y sus tropas para vencer a los amorreos (Josué 10:12,13. Repásalo aquí). Escribí el post a propósito de la divulgación del estudio de Colin Humphreys y Graeme Waddington sobre el eclipse que sucedió por la zona del conflicto entre los israelitas y los amorreos, y también por aquellas fechas. Claro, una vez que se aclara que fue un eclipse, ya “deja de ser un hecho no explicable”. Ya no encierra “misterio”. Ya no hay que pensar en intervención divina ni de ningún ser sobrehumano.
¿Pero qué hay del factor oportunidad en este caso?
¿Acaso a nadie se le ocurre pensar que “mucha casualidad” es que suceda ese eclipse justo cuando lo necesitaba Josué?
Otro, "multi-caso", pues son varios persiguiendo un mismo propósito: Las plagas de Egipto, para las que los expertos han encontrado explicación para cada una de ellas (Éxodo 7:14-12:31. Véase en ABC [en PDF] y en este otro post). Es también mucha casualidad que precisamente sucedan esos fenómenos justo cuando los necesitaba Moisés para convencer al Faraón? Además, encadenándose cronológicamente.
¿Qué decir del paso del Mar rojo? (Éxodo 14:15-29) También se descarta la influencia sobrehumana porque es posible explicarlo conforme a las leyes físicas. Un estudio realizado por el Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Estados Unidos y la Universidad de Colorado, informo al respeto. Sitúa el paso del Mar Rojo muy cerca del Mar Mediterráneo, en un antiguo brazo del delta del Nilo, de poca profundidad y próximo a la costa. Explican que un viento de unos cien kilómetros por hora pudo haber provocado la separación de las aguas que permitió el paso de los israelitas.
De acuerdo, de forma natural se puede producir una separación de aguas poco profundas si se da un viento continuo, homogéneo en su dirección y de velocidad igual o superior a 100 km/hora. Pero, ¿Cómo explicar que los israelitas conociesen precisamente el sitio adecuado en el que se podía producir ese fenómeno? No olvidar que eran un pueblo de esclavos, que no salían de la zona de explotación y que pocas comunicaciones tenían con personas que pudieses conocer ese lugar y la posibilidad de que de vez en cuando, un fuerte y regular viento dejase al descubierto una zona suficiente para que pasase una multitud. Por otra parte: ¿No es mucha casualidad que se produjese ese viento en el preciso momento que lo necesitaban los israelita? ¿Y que cesase justo cuando las tropas egipcias estaban atravesando la zona seca?
Y no sigo, porque diría que no hay acontecimiento bíblico al que no se le haya buscado una interpretación conforme a las leyes naturales, para descartar posteriormente la intencionalidad sobrehumana: la caída de las murallas de Jericó (Josué 6:1-20), fuego descendente del cielo (2ª Reyes 1:9-17; 2ª Crónicas 7:1), la alimentación de los israelitas durante 40 años con el maná (Éxodo 16:1-26), las bandadas de codornices que les proveía de carne (Éxodo 16:12,13), la llama que no se consume (Éxodo 3:2-3), el agua que brota de la roca (Números 20:1-11), la vara que florece (Números 17:1-8), etc.
Hoy día es posible encontrar explicaciones en base a los conocimientos de la ciencia actual. Pero en ninguno de los casos se puede explicar el "factor de oportunidad" al margen de alguna inteligencia capaz de provocar y coordinar de eventos naturales de forma que sucedan en el lugar, el tiempo y la forma que interesa para fines concretos.
Al igual que el simple azar no pudo estar tras el origen y evolución del universo, tampoco puede estar tras esos "oportunos acontecimientos". Esos mismos que antes llamaban milagros, pero que desde 1992 la Real Academia Española decidió retirarlos de esa nominación. Simplemente porque hoy día ya somos capaces de explicar los procesos naturales involucrados. Aunque no podamos explicar los "factor de oportunidad" implicados, salvo que recurramos a alguna inteligencia "manipuladora" tras ellos.
<-- Primer post de esta serie | |
<-- Post anterior | Post siguiente --> |
BíblicaMente.org
Etiquetas FAVORITAS |
Si deseas comentar alguna página, pincha aquí e indícamelo en el mensaje. |
ESTADÍSTICAS WEBNODE
(Desde Nov/08)
8.478.390 | Páginas visitadas |
2.408.570 | Total visitas |
≈722.570 | Visitantes únicos |
Puede consultar los criterios de selección que utiliza Gitnux para realizar la calificación en el siguiente enlace:
Un versículo para hoy
biblicamente.org by biblicamente.org is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 3.0 Unported License.