Lawrence Mykytiuk: El Indiana Jones de los nombre bíblicos.

Se trata de Lawrence Mykytiuk, de la univerdidad de Purdue, el cual emplea un interesante sistema para confirmar la historicidad de los escritos bíblicos.

Este experto se centra en las evidencias suministradas por escritos extra-bíblicos o inscripciones en objetos arqueológicos. En ellas busca las referencias a nombres mencionados en la Biblia. 

De esta forma ha podido confirmar la historicidad 53 personajes bíblicos del Antiguo Testamento: reyes, faraones, sumos sacerdotes, escribas, etc. Esto al menos hasta la fecha del artículo que enlazo al final de este post. Allí también se anuncian los planes de Lawrence de publicar un artículo sobre 23 personajes políticos del Nuevo Testamento y continuar trabajando sobre otros personajes religiosos novotestamentarios.

Los criterios que utiliza para validar los “encajes” de las referencia históricas o arqueológicas y las correspondientes en los textos bíblicos también los ha comunicado Lawrence:

Primeramente, el objeto que contiene la inscripción debe estar totalmente libre de sospechas de falsificación. En este sentido, descarta análisis sobre artículos en ofertados en los mercados de antigüedades, propensos a la circulación de falsificaciones.

En segundo lugar, debe haber coincidencia en el contexto, tanto bíblico, como el que se desprenda del escenario arqueológico o del relato histórico.

Evidentemente, también debe darse la coincidencia cronológica. Por mucho que coincidan nombres, apellidos y otros datos de un personaje bíblico, ninguna relación tendrá con algún personaje del que los arqueólogo hayan encontrado su cripta, repleta de datos sobre su persona, pero fechada en el siglo VII después de Cristo.

Por último, el contraste más severo es de la coincidencia en tres detalles concretos que identifiquen a una persona, como pueden ser su nombre, el de su padre, y el título.

Respecto a este último criterio, explica Lawrence que “Si coincide con las mismas tres menciones en las Escrituras, es prácticamente una certeza. Podría haber alguien con el mismo nombre; también con el padre que se llamase igual que el suyo; ¿pero también con el mismo título? Eso es demasiado”. (En la anterior cita he parafraseado. Este es el original: “There might be a few people with the same name, father’s name, but same title? That’s stretching it”.

Este “filón” abordado por Lawrence ciertamente es muy grande, pues sólo en el Antiguo Testamento hay casi 3000 menciones a personas. Pero la “mena” útil que se puede obtener de esos tres millares de nombres no es muy abundante. En realidad, salvo unos doscientos, el resto de nombres tienen pocos datos recogidos en la Biblia, así que no hay posibilidad de encajarles de forma fiable con alguna inscripción arqueológica o registro histórico.

En el artículo que enlazo al final también podréis leer algunos interesantes ejemplos de cómo consiguió el engarce de los nombres de algunos personajes del Antiguo Testamento.

El artículo en timesofisrael.com