2091 AC - Primera conceptualización de un Dios único, real, pero inmaterial y sin posibilidad de representación sensible

Preparando el siguiente post de la serie que comenta el documental de Mahoney sobre las evidencias que apuntan a la historicidad del Éxodo me vi en la necesidad de hacer cálculos de años para localizar la posible fecha en la que por primera vez la humanidad conceptualizó la idea de un Dios real, único, inmaterial e imposible de representación sensible. Será en el próximo post de esa serie cuando entendáis el porqué es necesario localizar esta fecha.

En bíblicamente.org ya existe la sección “Noticias de la Historia”. Allí recopilo los acontecimientos de importancia social o conceptual en los que la Biblia se muestra como el semillero de nociones que han permeado positivamente a la mayor parte de la humanidad. Así, pues, me ha parecido adecuado colocar este post en dicha sección y no en la que está el resto de post con los comentarios al documental sobre las evidencias que apuntan a la historicidad del Éxodo.

En realidad, no pretendo localizar la fecha exacta en la que por primera vez algún ser humano tuvo en su mente el concepto de un ser de esas características. Me bastaba con localizar la fecha más antigua sobre la que podemos tener certeza de que alguien ya tenía en su mente esa noción. Y esa fecha la pensaba obtener de la biografía de la persona más antigua que hubiese adorado a un Dios de las características antes mencionadas.

Buscando al más antiguo adorador del Dios único

Melquisedec hubiese sido un buen candidato como ayuda para esta búsqueda, pero enseguida lo descarté porque prácticamente no disponemos de información sobre su persona, salvo que fue contemporáneo de Abraham y Sumo Sacerdote del Dios al que también adoraba Abraham.

Así, pues, me quedé con Abraham, puesto que tenemos registros históricos suficientes como para averiguar en qué fecha podemos asegurar que ya creía en la existencia de un ser de estas características: real, único, inmaterial y sin posibilidad de que ninguna mente humana pudiese concebir una representación sensible de él. En pocas palabras, que ya creía en el Dios Jehová (Yahveh).

La idea es mostrar que cualquier conceptualización de un Dios de las características antes apuntada tuvo su semilla germinal en la noción de Abraham sobre el Dios Jehová. Descarto la posibilidad de que Melquisedec hubiese podido difundir ese concepto, puesto que, de ser así, tanto Abraham, como sus hijos y nietos, y también sus descendientes tras el Éxodo, hubiesen mantenido contacto con alguna población que adorase al Dios Jehová. Y por los registros bíblicos, todos sus vecinos eran idólatras y/o politeístas.

Así, pues: ¿En qué fecha aproximada podemos estar seguros que ya tenía Abraham en su mente la idea del Dios Jehová?

Fechando al más antiguo adorador de Jehová

Sabemos que Abraham vivió en Ur de los caldeos, y que de allí fue a Harán como etapa previa a su destino final en Canaán (Génesis 11:31). También sabemos que fue por mandato de Jehová que emigró a Canaán (Génesis 12:1 y siguientes). Y asumo que los actos de obediencia y adoración al Dios Jehová son muestras indiscutibles de que la mente de Abraham albergaba la idea abstracta de ese Dios al que obedecía y adoraba. La cuestión clave es: ¿Cuándo tuvo por primera vez Abraham esa idea de Dios en su mente?

No podemos conocer con exactitud esa fecha, pero no importa. En realidad, lo que buscamos es la fecha más tardía en la que ya podemos estar seguros de que Abraham albergaba en su mente la idea del Dios Jehová.

Y sí, hay un momento en su vida del que estamos seguros que ya tenía la noción del Dios Jehová. Y también podemos fecharlo: Me refiero a su salida de Harán. Calculemos esa fecha.

Para ello partiré de del año 1876 antes de Cristo, fecha de la llegada de los israelitas a Egipto (es decir, de Jacob) que ya calculé el post 18 sobre los comentarios al documental “Patrones de evidencia: El Éxodo".  Iré descontando años correspondientes a diversos acontecimientos de los patriarcas bíblicos hasta llegar al año de la salida Abraham de Harán. La siguiente tabla muestra el resultado:

Así, pues Abraham ya concebía la idea de un Dios omnipotente, inmaterial, único y sin posibilidad de concreción sensible en el año 2091 antes de Cristo, es decir: a finales del tercer milenio antes de Cristo. La cuestión ahora es aclarar si fueron Abraham y su familia los primeros en concebir un dios de tales características, o existió algún otro visionario que se anticipó y pudo ser él transmisor original de ese concepto de divinidad.

Descartando otros candidatos

Para judíos, cristianos y musulmanes no caben dudas, puesto que está claro que todas esas religiones y sus sectas derivan de las creencias de la familia de Abraham.

Para las religiones originarias del extremo oriente (Budismo,  Jainismo, Taoísmo, Confucionismo,…) tampoco caben dudas, puesto que esas religiones (más bien filosofías de vida algunas de ellas) no mantienen creencia en un Dios al que se le pueda atribuir personalidad como es el caso del Dios Jehová de Abraham. Por otra parte, todos sus fundadores son posteriores a Abraham: Buda (563-483 AC), Majavirá (Siglo VI AC), Lao-Tse (Siglo VI AC), Confucio (551-479 AC).

Pero queda una antigua religión que a veces es presentada como monoteísta y podría pensarse que su fundador, Zoroastro, se anticipó a Abraham en lo concerniente a la conceptualización del único Dios según las características que ya hemos apuntado varias veces más arriba. Pero no, ni lo uno ni lo otro:

Cierto que en el Zoroastrismo “Ahura Mazda” era considerado como deidad suprema, pero también tenían otras divinidades. En este sentido, sus seguidores eran como los egipcios, indiscutiblemente politeístas. Al igual que los seguidores de Zoroastro, los egipcios siempre consideraron a alguna que otra como deidad suprema por comparación con las demás consideradas menores: Ra, Montu, Amón, Atón…

Por otra parte, su fundador, Zoroastro, vivió bastantes años después de Abraham. Hay diversidad de opiniones entre los expertos, pero la opinión más extendida considera que vivió en la segunda mitad del segundo milenio II antes de Cristo.

Así, pues, ni por concepto ni por antigüedad, Zoroastro “podría litigar la patente” del concepto de Dios Supremo a Abraham. Doy por sentado que esa noción de Divinidad a la que hoy día todos estamos habituados entró en el acervo conceptual de la humanidad a través de Abraham y sus descendientes.