(Una colaboración de Josué Ferrer)
¿Es la Biblia un cuento chino? La gente por lo general no es consciente de la enjundia de este libro de libros que es la Santa Biblia. Siempre se habla de Herodoto como el padre de la historiografía pero la realidad es que Moisés es el más antiguo de los historiadores y Génesis el documento más antiguo sobre ciencia humana. Los Salmos son unos cánticos preciosos escritos mucho antes del nacimiento de Homero y la Biblia un excepcional documento histórico muy anterior a la ciudad de Troya.
Esdras -un contemporáneo de Confucio- fue el que comenzó a ordenar todos los libros del Antiguo Testamento hasta conformar el canon actual. Y podríamos citar muchos más, pero no es necesario. ¿Son confiables los documentos bíblicos? Para saber si un documento histórico es fiable o no, el escritor Josh McDowell dice que debemos aplicarle tres pruebas que, de acuerdo al historiador C. Sanders, son los principios básicos de la historiología. Son la prueba bibliográfica, la prueba de las evidencias internas y la de las externas.
La conclusión es clara: la Santa Biblia no es solamente la Palabra de Dios sino también la fuente historiográfica más importante de toda la Antigüedad. Tanto es así que, si a pesar de toda la abrumadora cantidad de pruebas, decidimos descartar este libro como una fuente fiable, por esa misma regla de tres, y con más razón todavía, deberíamos descartar toda la literatura de la Antigüedad al completo y los libros de historia no podrían existir. No se puede aplicar un patrón o prueba a la literatura secular, y otro distinto a la Biblia. Tenemos que aplicar la misma prueba, sea literatura secular o religiosa. De lo contrario, estamos recurriendo a una doble vara de medir. Si se es honesto, se verá la hipocresía que supone aceptar la biografía de Alejandro Magno, redactada por Plutarco en su obra Vida de Alejandro el siglo I DC (cuatrocientos años de distancia del biografiado) y luego negar validez a los Evangelios, escritos por testigos oculares a los pocos años de vida de Jesús. Nada, salvo el prejuicio y la cerrazón, explica esta actitud.
Bibliografía consultada:
-McDowell, Josh. Más que un carpintero. Editorial Unilit. 1997.
-Young, Edward J. Una introducción al Antiguo Testamento. Grand Rapids: Editorial Tell. 1977.
-Vidal, César. Por qué soy cristiano. Planeta. 2008.
Josué Ferrer, autor del libro "Porqué dejé de ser ateo" [Disponible en Amazón].
También autor de este blog.
Nota: En biblicamente.org ya hay recogidas muchas entradas que tratan sobre la historicidad de la Biblia. Puedes ver un listado bastante exaustivo pinchando aquí: Historicidad de la Biblia.
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