Hoy nos centraremos en otro personaje bíblico de la época de la cuarta dinastía israelita del que también se ha encontrado testimonio arqueológico. Aunque este personaje no era de origen hebreo, sí adquirió mucho protagonismo en los relatos bíblicos por su matrimonio con el hijo del rey Omri: el rey Acab. Me refiero a Jezabel, su esposa fenicia, la cual no solo protagonizó bastantes pasajes bíblicos, sino que posteriormente también protagonizó bastantes obras de arte.
Jezabel era fenicia, hija de Et-baal, rey de Sidón. Probablemente, como medida para asegurar alianza con los fenicios, Acab contrajo matrimonio con Jezabel (1ª Reyes 16:31). Las referencias bíblicas sobre ella (se le menciona 19 veces) muestran que era una mujer de carácter que hacía valer su posición de reina consorte, primero, y reina madre, después.
Ese carácter dominante influyó en gran manera para que su esposo consiguiese el récord de provocación contra Jehová: “... Pero Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él, pues no le bastó andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, sino que tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal, rey de los sidonios, y fue, sirvió a Baal y lo adoró. Construyó además un altar a Baal en el templo que él le edificó en Samaria. También hizo Acab una imagen de Asera, para provocar así la ira de Jehová, Dios de Israel, más que todos los reyes de Israel que reinaron antes de él”. (1ª Reyes 16:30-33, Versión Reina Valera 1995). Y que fue Jezabel la instigadora de ese nivel de maldad, la misma Biblia lo atestigua: “A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba”. (1ª Reyes 21:25 [Salvo indicación expresa de versión bíblica, todas las citas que anoto corresponden a la Versión Reina Valera 1960, como en este caso]).
Cuando se trasladó a la corte israelita, no fue sola, sino que se hizo acompañar de un “batallón” de profetas: 450 del dios Baal, y 400 de la diosa Asera (1ª Reyes 18:19. Nota: El término “profeta” no sólo se usaba en el sentido de persona que trae un mensaje de parte de Dios, sino que también se empleaba para referirse a los que se dedicaban al servicio a Dios o a los dioses, como en el caso de los profetas de Baal y Asera). Y que sus planes eran apartar a su esposo y sus súbditos de Jehová lo demostró en su intento de eliminar a los profetas de Jehová (1ª Reyes 18:4).
Lamentablemente para Jezabel, Elías retó a los profetas de Baal y Asera en el famoso desafió de la quema de bueyes, en el que los profetas de Jezabel sólo hicieron el ridículo, mientras que Elías logró fuego de Jehová que consumió “…el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja” (1ª Reyes 18:38). Con esta victoria Elías consiguió el fervor del pueblo hacia Jehová, y su complicidad para terminar con los profetas de Jezabel: “Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios! Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló” (1ª Re 18:39-40). En 1ª Reyes 18:17-40 puedes leer todo el pasaje
El que Jezabel era terca como una mula lo pone de manifiesto su comportamiento tras este suceso: que tras la derrota de sus profetas ante la evidente manifestación del poder de Jehová no reaccionó como el pueblo de Israel, sino que se obcecó en su devoción a Baal y Asera y se propuso acabar con Elías: “Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos” (1ª Re 19:1-2. Aquí se refiere a la muerte que Elías dio a los profetas de los dioses de Jezabel).
Cuando murió su esposo Acab (después de arrepentirse de sus malos caminos: 1ª Reyes 21:27-29), Jezabel siguió durante unos 12 años manteniendo protagonismo en la corte de sus hijos: Ocozías, primero, y Jorám después. Como reina madre, siguió teniendo poder e influencia, tanto en sus hijos como en el resto de la corte. Probablemente durante este periodo hizo buen uso del objeto arqueológico que más abajo comentamos. Fue tras la muerte de su hijo Jorám a manos del sucesor Jehú que pereció también ella tirada por una ventana y comida por los perros, tal como profetizó Elías (1ª Reyes 21:23) y Eliseo mediante encomienda a un joven de la casta de profetas (2ª Reyes 9:10)
De Jezabel también se ha encontrado su DNI. Bueno, no exactamente su DNI, pero sí lo que en realidad podríamos considerar el equivalente al Documento Nacional de Identidad de aquellas fechas (siglo IX antes de Cristo): su sello personal.
En los últimos años los arqueólogos están encontrando muchos sellos personales, bastantes de ellos de personajes mencionados en la Biblia. En los últimos posts hemos repasado algunos, y hoy toca comentar el de Jezabel.
A mediados del siglo pasado se conoció la existencia de un sello ovalado de piedra bastante grande (31x22x10 mm³) con símbolos egipcios y letras paleohebreas. Junto con otros objetos de una colección privada llegó al departamento de antigüedades del Museo de Israel en Jerusalén. No tardo mucho el difunto arqueólogo Najman Avigad en estudiarlo, llegando a la conclusión de que ese objeto muy probablemente fue de alguien que bien pudo ser reina por la época en que se dató el sello. Las cuatro letras incluidas en el grabado (YZBL) inducían a pensar que su propietaria probablemente fue Jezabel, pero Najman Avigad no se pronunció categóricamente al respecto.
Posteriormente, en 2006, la investigadora holandesa Marjo Korpel, tras realizar un detallado análisis, concluyó sin ambigüedades que ciertamente se trataba del sello de la reina Jezabel.
Y es que tanto en el relato de la Biblia como en el sello se encuentran factores que se corresponden perfectamente:
Empezando por la época, el sello se dató en el siglo IX antes de Cristo, allá por las fechas en las que vivió Jezabel (↗).
La presencia de simbología egipcia es coherente con el hecho de que en Fenicia era habitual el uso de ese tipo de simbología (↗). Y no hay que olvidar que Jezabel era fenicia, la hija del rey Et-baal.
Por otra parte, la presencia de letras paleohebreas también apuntan a Jezabel. El paleohebreo es muy cercano al alfabeto fenicio, y fue el usado en Israel en la época que gobernaba la dinastía de Omri. Evidentemente, los documentos sellados por Jezabel debían contener caracteres claramente interpretables por los israelitas. El que además el sello incluya símbolos filo-egipcios bien pudo ser un énfasis de Jezabel recordándoles a los hebreos su origen fenicio y la importancia de las divinidades que ella promovía entre los hebreos.
El material del sello (ópalo, según indica la revista "Historia y Vida") apunta claramente a un personaje de alta alcurnia. Los sellos solían ser de arcilla o plomo, nada complicados de moldear. Pero la piedra del sello que nos ocupa es bastante dura y quebradiza, por lo que el trabajo de realización del sello tuvo que ser obra de un artesano no asequible a muchos hebreos. Evidentemente, la reina Jezabel no contaba con ninguna limitación para conseguir que su sello, además de personal, fuese bonito y duradero.
Por lo que respecta a Jezabel, estaba muy familiarizada con el uso de sellos personales. La Biblia relata un pasaje en el que Jezabel falsificó cartas supuestamente emitidas por su esposo el rey Acab. A este fin, utilizó el sello personal de su esposo, aunque sin su conocimiento. Y es que de la poca dignidad que quedaba a Acab, tuvo la suficiente para no ordenar la muerte de Nabot, el propietario de una viña que él deseaba. Pero su esposa no tuvo ningún escrúpulo y sin el conocimiento de Acab cursó órdenes escritas y selladas con el sello personal del rey para que organizaran falsos testimonios contra Nabot y sobre esos falso testimonios le juzgaron, condenaron y apedrearon. Puedes leer el pasaje en 1ª Reyes 21:1-16.
Y está claro que aún después de muerto su esposo, como reina madre tendría muchas ocasiones en las que debió avalar sus escritos mediante un sello personal, el cual muy probablemente es el que se encontró en 1964 y que podéis observar a continuación:
Así, pues, otro “DNI” de un personaje bíblico con el que la arqueología respalda la historicidad de la Biblia.
(El 13/01/2023 todos los enlaces incluidos en este post estaban activos).
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