La Biblia desde el siglo XXI

Revisando el concepto de tiempo (3)

20.10.2024 00:00
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Toca ya “desvelar” la idea de tiempo que tras muchos años de desasosiego intelectual consiguió asentarse en mi mente. Y es que por muchos muchos años intenté vanamente resolver las incongruencias que encontraba en el concepto habitual de tiempo.

Como señalé en el post anterior, de tan simple que es esa idea, me preocupa el posible rechazo de mi propuesta por parte de bastantes lectores. Porque la "fe" de toda la vida en un concepto no es fácil de desbancar por una propuesta "demasiado simple” (lo cual no quiere decir que me sea fácil explicarla). Y esto, incluso cuando la experiencia no avala esa fe de toda la vida, como es el caso cuando se trata del concepto habitual de tiempo.

La explanada, que no carretera, en la que todos (y todo) nos desenvolvemos

Para introducir la idea, me serviré del símil físico de la carretera, tan habitual cuando se quiere destacar que viajamos en el tiempo hacia el futuro, dejando atrás el pasado; pasado sólo accesible por el "retrovisor" de nuestra memoria.

Pero para mi idea de tiempo, la carretera no es el símil más adecuado, puesto que condiciona una direccionalidad. Yo más bien me imagino que todos estamos y nos relacionamos en una enorme explanada sin ninguna dirección privilegiada. En realidad, en esa "explanada" no nos desplazamos hacia ningún lado. A tener en cuenta: esta explanada no representa la realidad física de nuestro mundo tridimensional, sino la forma en que nos relacionamos y coordinamos unos con otros, y también con el resto de organismos y objetos del universo.

En esa explanada no hay direcciones por las que avanzar.  Porque al contrario que en la carretera que representa el concepto habitual de tiempo, en la explanada que representa mi “idea de tiempo" no hay ninguna dirección hacia un futuro al que todos nos dirijamos. Ni tampoco ninguna otra dirección de un pasado del que todos vengamos.

Esa explanada representa un "eterno presente". No existe un pasado. Tampoco existe un futuro. Todo, y siempre, sucede en el presente. No hay una dimensión de tiempo por la que todos avancemos hacia un futuro....

El “tiempo particular" de cada ser

En todo caso, sí se podría pensar que cada individuo, organismo u objeto terrestre o sideral (planetas, estrellas,… universo)...,  tienen "su tiempo particular", "su propia carretera".

Una aclaración: La palabra tiempo que he empleado no es en absoluto adecuada para referirme a lo que quiero comunicar. Pero no se me ocurre otra mejor, dado el contexto y a fin de que se pueda asociar al tema que nos ocupa. Quizás la palabra "duración" sería más adecuada. Pero decir que " ... cada individuo, organismo u objeto terrestre o sideral tienen "su duración particular" induciría a error. Porque a cualquier lector le parecería una perogrullada dicha expresión, y entendería que, "lógicamente", esa duración estaría integrada en esa dimensión de "tiempo” por la que todos avanzamos, justo el concepto que intento mostrar que no es más que un constructo mental sin ninguna relación con la realidad.

Así, pues, continuaré llamando "tiempo particular".

¿En qué consiste este tiempo particular?

No es mas que el desenvolvimiento de su "proceso existencial" (sus vidas, en los seres biológicos). No se trata de un avance por una "cuarta dimensión real", pues no existe tal cosa. Es mas bien el encadenamiento de acciones que se producen secuencialmente durante todo el proceso existencial de cada ser en cuestión, sea humano, animal, objeto, planeta, estrella o universo. No hace falta una dimensión de tiempo para que sucedan las cosas. En tu experiencia, sólo percibes el presente. Ese tiempo particular de cualquier persona u objeto no es más que la "duración" de su existencia; pero duración no como transcurso de tiempo, sino más bien como cúmulo de acciones sucesivas que se encadenan a lo largo de su existencia.

Supongo que todo esto que a mí me está costando explicar, difícil será de entender para el que lea. Ruego paciencia, pues creo que en la medida que avance aclarando las cuestiones que apunté en el post anterior será más fácil asimilar esta idea de “tiempo” particular.  

Esto del proceso existencial creo que se puede entender sin mayor problema referido a nosotros, los seres humanos y también a los seres vivos, puesto que se puede aplicar la idea de inicio y fin de existencia. Un ser vivo empieza su existencia cuando es concebido, y finaliza cuando muere. Como entidad viviente tiene un inicio y un fin de existencia vital y consciente (en humanos, y animales superiores, supongo).

Pero referido al mundo inorgánico no es aplicable de forma individual la idea de proceso existencial. En el fondo todo el universo mantiene un único proceso existencial, encadenándose y engarzándose consecutivamente los que podríamos considerar procesos existenciales particulares de cada astro y elementos internos de ellos:

Cuando la parte física de un ser vivo deja de existir como tal, se encadenan nuevos procesos existenciales durante la putrefacción. Cuando una gran estrella agota sus componentes factibles de fusionarse y producir energía, termina su existencia explosionando como supernova.  Esta explosión dispersa por el espacio los elementos fruto de la fusión mientras existió la estrella. Con esta dispersión y posterior agregación de elementos comienzan nuevos procesos existenciales que darán origen a nuevas estrellas con nuevos sistemas de planetas. Astros todos que podríamos considerar que comienzan nuevas "duraciones existenciales”, pero que también podríamos considerar que son fases o partes de la gran duración existencial de todo el universo.  Todo, en el fondo, es el mismo proceso de la existencia de nuestro Universo, que "algún ente inmaterial" puso en marcha al margen de cualquier hipotética dimensión temporea. (Esto ayudará más adelante a entender "eso que sea la eternidad de Dios").

 

Resumiendo

En resumen, el tiempo como dimensión real no existe. Nuestra idea de tiempo como dimensión no es más que una quimera. No hay un pasado. No hay un futuro. Sólo hay un presente. En este presente se ejecutan todos los procesos del universo, desde nuestras vidas hasta los fenómenos astronómicos. Cada proceso se ejecuta según su propia dinámica y celeridad. Por eso los procesos existenciales (sus vidas) de los perros sólo equivalen a unas 15 vueltas de la Tierra alrededor del Sol, mientras que los de las tortugas de las Islas Galápagos llegan a equivaler hasta unas 300. También por eso las cabañas de madera sólo existen mientras la Tierra recorre unas 50 o 70 veces su órbita alrededor del Sol, cuando los templos de Petra siguen existiendo después de que la Tierra ya haya orbitado al Sol más de 2000 veces. Son las condiciones físicas ligadas a las estructuras biológicas o físicas (básicamente fuerzas disipativas y flujos energéticos involucrados en esas estructuras) las que establecen las duraciones de los “tiempos particulares”, tanto de seres biológicos como inorgánicos. (Quizás convenga que trate sobre “lo que sea que pueda ser eso que consideramos ‘el pasado’ y ‘el futuro’”. Probablemente lo haré; quizás en el próximo post).

 

Corroborando

Sin entrar en los detalles sobre lo que he llamado “tiempo particular de cada uno”, en lo que concierne a la “irrealidad del concepto de tiempo como dimensión objetiva, real”, autores de prestigio ya han escrito en ese sentido. Extraigo algunas frases de Inmanuel Kant, que en su “Crítica de la razón pura”, en la “Segunda sección de la Estética transcendental. Del tiempo” escribe:

El tiempo no es un concepto empírico que se derive de una experiencia...” (§ 4, apartado 1).

El tiempo no es algo que exista por sí o que convenga a las cosas como determinación objetiva y, por lo tanto, permanezca cuando se hace abstracción de todas las condiciones subjetivas de su intuición”. (§ 6, apartado a).

El tiempo no es nada más que la forma del sentido interno, es decir, de la intuición de nosotros mismos y de nuestro estado interno,… Y, precisamente, porque esa intuición interna no da figura alguna, tratamos de suplir este defecto por medio de analogías y representamos la sucesión del tiempo por una línea que va al infinito,…” (§ 6, apartado b).

El tiempo, pues, no es inherente a los objetos mismos, sino sólo al sujeto que los intuye” (Esto concluye en el § 7, en la respuesta a la objeción que aboga por la idea de un tiempo real).

Claro, ahora surge la duda de cómo es posible que tengamos tan arraigada la ilusión de que todos “viajamos por una misma dimensión que llamamos tiempo”. Esto lo veremos en el siguiente post.

 

Aquí podéis leer la "Crítica de la razón pura", de Kant.

 

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