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Tenemos pendiente comprobar lo que dice la arqueología sobre tres de los aspectos de la época de Noé factibles de contrastar con el supuesto de que vivió al final de la última glaciación. En el post anterior vimos el inicio de la ganadería, la agricultura, el cultivo de la vid y el consumo de vino. Nos falta revisar la construcción de barcos, la impermeabilización de los mismos y los primeros asentamientos de colectivos humanos. Hoy nos centraremos en la construcción de navíos.
Recordar que los aspectos de la época de Noé que estamos contrastando con los descubrimientos de la arqueología los saqué de la narración en Génesis, capítulos 5 a 9. Recordar también: para cualquiera de esos aspectos que la arqueología muestre incoherencias entre las dataciones de sus hallazgos y las fechas implícitas en nuestro supuesto lo descalificaría. Y el supuesto, que es este: Que Noé vivió tras el final de la última glaciación y antes de la edad del cobre. Probablemente sobre el octavo milenio.
Está claro que el arca de Noé era una gran embarcación. Incluso me inclino a pensar que posiblemente fuese la primera embarcación construida con dimensiones tan enormes. Leemos en Génesis 6:15 .- “Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura” (155 metros de largo, por 26 de ancho y 15 de alto).
En cualquier caso, aunque antes no se hubiese construido un navío tan grande, lo cierto es que al menos en la época de Noé ya se habrían desarrollado suficientemente las técnicas de construcción de barcos grandes; si no, difícil le hubiese sido a Noé construir el arca.
En este caso no cabe esperar mucho de los descubrimientos arqueológicos, pues no sé trata de descubrir construcciones de piedra, objetos cerámicos o metálicos, factibles de conservarse durante larguísimos periodos de tiempo, sino de construcciones totalmente realizadas en madera hace no años o siglos, ¡sino milenios! (Recuerda que hemos fechado la época de Noé basándonos en que ni él ni sus coetáneos conocieron la edad del cobre). Salvo contadas excepciones, el paso de los años degrada los materiales de origen orgánico hasta el punto que, tras pocos años o siglos, poco queda para que los arqueólogos puedan descubrirnos secretos del pasado.
Afortunadamente, hace 35 años se descubrió el yacimiento de la Marmota, a unos 60 Km de Roma. Este yacimiento está sumergido en el lecho del lago Braciano, donde incluso los materiales de origen orgánico se han conservado lo suficientemente bien como para que hoy día los expertos hayan podido encontrar información sobre el desarrollo tecnológico en épocas tan remota como el neolítico europeo (~ sexto milenio antes de Cristo), y, también, por extensión, en el neolítico del próximo oriente (~ octavo-noveno milenio antes de Cristo. recordar: el noveno milenio va desde el año 8999 hasta el 8000).
En dicho yacimiento, además de objetos relacionados con la agricultura, la elaboración de tejidos, y la cestería se encontraron cinco embarcaciones. Dichas embarcaciones no son más que piraguas, pero de considerable tamaño. La mayor de ellas tiene 10,43 metros, de largo, por 1,15 metros de ancho en popa y 0,85 metros en proa. La altura va desde 0,44 metros hasta 0,65 metros según las zonas. No tienen grandes envergaduras, lo cual puede deberse a falta de capacidad técnica de sus constructores, o bien porque el ámbito donde se iban a utilizar no exigía mayores embarcaciones: El lago Braciano, de 56,5 Km² de superficie. Por las razones que más adelante veremos, me inclino a pensar que esta segunda opción es la más probable.
Aunque las dimensiones de las piraguas no son comparables con la envergadura del arca de Noé, hay un aspecto fundamental que sí nos proporciona información útil para evaluar si el relato del arca está en coherencia con los avances en lo concerniente a la construcción de embarcaciones. Me refiero a la técnica necesaria para construirlas. Si sólo se han encontrado piraguas en la Marmota, bien pudo ser porque los habitantes de la zona no precisaban mayores calados. Por tanto, no debiéramos deducir que, en aquella época, los italianos, no fuesen capaces de construir barcos mayores para ser utilizados en travesías marítimas.
Respecto al nivel tecnológico de los habitantes de la Marmota, los análisis realizados en el yacimiento aportan información sobre el nivel tecnológico allí alcanzado. Las embarcaciones han sido analizadas por expertos del CSIC, el Museo delle Civiltà (Roma) y la Universidad de Pisa (Pisa). Uno de ellos, Juan Francisco Gibaja, del CSIC, ha manifestado que el estudio "revela la asombrosa sofisticación tecnológica de las primeras comunidades agrícolas y pastoriles, destacando sus habilidades para trabajar la madera y la construcción de embarcaciones complejas". Otro, Juan Mineo, del Museo delle Civiltà, aclara que “las de La Marmotta sorprenden no sólo por su tamaño, sino también por la complejidad técnica con la que se elaboró tanto el casco de la embarcación, como ciertos elementos a ella asociados. Sin duda estamos ante el trabajo de verdaderos ingenieros navales”.
Así, pues, si sus avances técnicos eran suficientes, ¿por qué no iban a enfrentar la construcción de naves mayores si lo hubiesen precisado? Igualmente, es posible que ese dominio técnico ya estuviese también entre los habitantes del entorno de Noé, con lo cual bien podrían acometer la construcción del arca.
Pero, ¿en el octavo milenio antes de Cristo?
No hay que olvidar la cuestión cronológica. Según la datación publicada las embarcaciones de la Marmota se construyeron en el sexto milenio antes de Cristo, y nuestra hipótesis remonta la historia de Noé unos dos o tres milenios más atrás. En este aspecto, es preciso no olvidar que los avances técnicos en siglos pasados no se transmitían entre poblaciones de forma “tan inmediata” como en nuestros días. Y si no hablamos de siglos, sino de milenios, la lentitud en la transmisión de los avances era aún mucho más lenta; máxime cuando por aquellas épocas las relaciones entre pueblos estaban muy compartimentalizadas, por las distancias, las orografías y los distanciamientos culturales.
La información obtenida de las embarcaciones de la Marmota nos da idea de los avances en el neolítico italiano, lo cual circunscribe esos logros a esa región y a unas fechas concretas, pero solo para esa región: Italia, en su periodo neolítico, por el sexto milenio. Pero para nuestro análisis sería erróneo estimar la datación de los avances técnicos del oriente próximo en fechas similares a la de los italianos. Las distintas fases de la prehistoria no sucedieron en las mismas fechas en todas partes, puesto que no son definidas por fechas concretas y aplicadas a todas las zonas del globo. Se definen en función de los avances técnicos y culturales alcanzados por las diferentes poblaciones en sus diferentes zonas geográficas. Y, claro, los avances técnicos y culturales van extendiéndose entre poblaciones de forma gradual: rápidamente hoy día, lentamente hace siglos, y muy lentamente hace milenios.
El neolítico en oriente próximo (donde vivió Noé) se ha datado en el noveno milenio (recordar: el noveno milenio va desde el año 8999 hasta el 8000 antes de Cristo). Fue una de las cunas del neolítico desde la que irradiaron sus técnicas y cultura agrícola hacia Europa, entre otras zonas.
En cambio, el neolítico no llega a Europa hasta el sexto milenio, procedente de oriente próximo:
De Joe Roe, publicado en Wikipedia.
Esto fue confirmado hace unos diez años por un estudio de arqueogenética en la que participaron investigadores de la Universidad Complutense, de la Universidad de Barcelona y de la Autónoma de Barcelona.
Así, pues, y conforme a los enlaces puestos en los párrafos anteriores, si el “desfase” entre el neolítico italiano y el mesopotámico está en dos o tres milenios, tan válido es atribuir notables capacidades técnicas a los antiguos pobladores de la Marmota como a los aún más antiguos pobladores del próximo oriente, entre ellos, Noé, sus familiares y convecinos.
Recordemos los comentarios que hicieron Juan Francisco Gibaja y Juan Mineo sobre las capacidades técnicas de los moradores de la Marmota: "[el estudio] revela la asombrosa sofisticación tecnológica de las primeras comunidades agrícolas y pastoriles, destacando sus habilidades para trabajar la madera y la construcción de embarcaciones complejas" (Juan Francisco Gibaja) y “las de La Marmotta sorprenden no sólo por su tamaño, sino también por la complejidad técnica con la que se elaboró tanto el casco de la embarcación, como ciertos elementos a ella asociados. Sin duda estamos ante el trabajo de verdaderos ingenieros navales” (Juan Mineo) .
Resumiendo: En lo tocante a la construcción de embarcaciones, tampoco hay incoherencia entre lo descubierto por la arqueología y nuestro supuesto de que Noé vivió y construyó el arca tras la finalización de la última glaciación.
(El 10/04/2025 todos los enlaces incluidos en este post estaban activos.)
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