Sobre toros, taurinos y burradas anti-taurinas

Estos días están muy de actualidad las burradas que algunos tuiteros anti-taurinos han dedicado al difunto torero Víctor Barrio. Aprovecho la circunstancia para exponeros una visión de la polémica taurina / anti-taurina que es poco habitual. Al menos yo no la he visto expuesta en ningún medio, y claro, como es "mi visión" del tema, la encuentro muy razonable.  Veamos qué te parece a ti:

Lo delicado, mejor despacio.

Aunque no me gustan los toros no estoy en contra de la "fiesta nacional" por las razones que podréis  deducir de este post. No eliminaría "de un plumazo legal" y de un día para el otro las corridas de toros con toda la industria ganadera, de ocio y turismo que arrastra detrás. Pero sí me gustaría que poco a poco, por convicción social, los toros pasaran a ser un recuerdo en la historia de España. Sin traumas. Con la dilación  que precisen las adaptaciones necesarias para que su desaparición no suponga un trauma empresarial y laboral para las muchas personas que hoy viven de ellos y de los espectáculos que protagonizan.

El menos desafortunado de todos los desgraciados  

Si me decanto por la desaparición de las corridas no es por defensa de los toros. Opino que son los animales más afortunados de todos los que no viven en libertad. Incluso más afortunados que muchos que sí "malviven" libremente. Porque hasta que les llega el momento del sacrificio, los toros gozan de una cuasi-libertad en las dehesas que para sí quisieran los pollos, cerdos, ocas y otra gran cantidad de animales que los seres humanos engordamos en lamentables condiciones de vida para nuestro beneficio. Incluso si de morir se trata, los toros probablemente elegirían morir luchando por su vida que no "morir" desangrado en una cadena de "desmontaje" de pollos.

El verdadero damnificado de la tradición taurina

¿Si no por lo toros, por qué prefiero el fin de la fiesta nacional? Pues prefiero que no haya toros por el bien de otro animal. El animal superior. El ser humano. La sociedad futura.

Creo que al margen de los beneficios económicos que produce la industria taurina, colateralmente produce algo que no es beneficioso socialmente. Considero que por el ambiente y la cultura que han asimilado, las personas que disfrutan del sufrimiento final y muerte del toro acaban inmunizándose en gran medida contra cualquier sentimiento de empatía hacia el sufrimiento ajeno. Al menos hacia el sufrimiento de los toros. Y si al de los toros en particular, ¿por qué no también hacia el de otros seres? Y... ¿no podría ser que también se transmita  parte de esa inmunidad hacia el sufrimiento de seres de la misma especie, hacia los seres humanos? Al menos hacia aquellos seres humanos que pillan más lejos, que ni son familiares, ni amigos, ni paisanos.

No. No me gustan los toros. Como no me gustan las peleas de gallos o las de perros. Ni siquiera me gusta el boxeo. Ni me habrían gustado las peleas de gladiadores. Y es que no me gustan las sociedades  agresivas.

Creo que en las sociedades agresivas en las que se vive y disfruta de la sangre y el sufrimiento ajeno se generan más conflictos sociales. Hay más propensión a "zanjar" las cuestiones "por los cojones" que no "por las razones". Sí, opino que con el tiempo, la desaparición del espectáculo de la sangre y el sufrimiento en las plazas de toros acabará por beneficiar más a nuestra sociedad que no a la raza de lidia, la cual acabará desapareciendo por falta de ganaderías donde la cuiden como objeto de su supervivencia económica.

Repaso a "los menos empáticos" de todos

Respecto a los anti-taurinos, "hasta ahora" me parecía estupendo que hubiese  personas preocupadas por el sufrimiento de los animales. Aunque en alguna ocasión me ha tentado la idea de que manifiestan una visión un tanto miope del tema, por lo que antes he comentado sobre el sufrimiento de los animales en granjas de engorde. Y esa tentación me ha llevado a pensar que  quizás el movimiento antitaurino no sea más que otra excusa  para "manejar" masas de borregos ávidos de causas con las que llenar "el vacío existencial". Pero bueno, siempre y rápidamente he desechado esa tentación por miedo a caer en el mismo "dogmatismo farisaico" que a veces creo percibir en muchos movimientos que arrastran masas tras banderas similares a las de los anti-taurinos.

Y digo "hasta ahora" porque tras las burradas publicadas en Twitter por algunos anti-taurinos me doy cuenta de que entre los que pretenden defender  a los toros de lidia los hay que están muchísimo más inmunizados contra la empatía hacia sus semejantes de lo que los aficionados a la lidia lo están respecto al sufrimiento de los toros. Y si lo que he comentado arriba respecto al riesgo de inmunización de los taurinos contra la empatía hacia los semejantes es un riesgo potencial, en el caso de estos anti-taurinos es una realidad ya manifiesta a través de Twitter y a propósito de la cogida y muerte de Víctor Barrio. Poco crédito doy yo al que pretende defender a los toros y en cambio celebra la muerte de un ser humano y desea la muerte de otros tantos. Sí, en esos términos se han expresado algunos anti-taurinos. Y a esas expresiones han votado positivamente otros, que supongo también son de la misma cuerda. Puedes hacerte una idea leyendo en este artículo en navarra.com