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Hace ya bastantes semanas que dejé "colgada" la serie de post sobre cómo "Escribir por doquier" en la que trataba sobre las herramientas físicas ("Hard": ordenador, portátil, smartphone, tableta, teclado, puntero,...) y las herramientas "informacionales" ("Soft": sistema operativo y aplicaciones para consultar, recopilar y gestionar la información y aplicaciones concretas para la redacción).
En mis previsiones iniciales también pretendía dedicar algún post a la "nube", pues de nada sirven todas las herramientas comentadas si no hay posibilidad de acceder a la información recopilada y a los trabajos en curso desde cualquier lugar y en cualquier momento. Supongo que por eso se llama "nube" a ese conjunto de sitios físicos (los servidores que alojan la información) en los que confiamos nuestra información. Pero que por el hecho que podemos acceder a ellos desde cualquier lugar nos hacemos la "ilusión" de que están "ahí arriba" en una "bolsa etérea" de datos disponibles para tirar de ellos cuando queramos. Cierto que se podría llevar la información y los trabajos en curso en un pendrive o una tarjeta de memoria. Pero también es cierto que mediante ese sistema sería bastante más complicado "escribir por doquier". Así, que tras unas semanas con otras cosas, retomo el tema para abarcar todos los aspectos relacionados con la escritura “por doquier”.
Como en otros post de esta serie, antes de continuar incluyo un esquema de lo ya tratado:
1. Apología de las nuevas tecnologías
2. Sobre el Hard, o las cosas físicas
3. Sobre las aplicaciones
3.1. El sistema operativo
3.2. Aplicaciones para introducir texto
3.3. Aplicaciones para la redacción y edición de textos
3.4. Aplicaciones para recopilar las ideas y la información
3.4.1.Evernote
3.4.2.Aplicaciones para añadir notas a versículos bíblicos
3.4.2.1.“MicroBiblia”, en la “prehistoria” de la era digital
3.4.2.2.e-Sword / MySword Bible
3.4.2.3. YouVersion
Alguna aplicación ya comentada (Evernote, en concreto) lleva implícita la "deslocalización" de la información, puesto que la misma esencia de Evernote es la disponibilidad de la información "por doquier", ubicando todos los registros de información que se generen en sus servidores (Aunque también tiene la opción de definir libretas de ubicación local exclusivamente). Además, como ya apunté, Evernote dispone de un muy buen procesador de textos, por lo que solamente dentro del "universo" Evernote se podrían realizar todos los trabajos implícitos en las tareas de escritura (y es que estos de Evernote Son verdaderamente "cojonudos". Lástima que últimamente empiezan a poner restricciones para el uso “por doquier” de las cuentas gratuitas).
A pesar de lo dicho, yo personalmente solo uso el procesador de Evernote para anotar los registros que allí dejo. Para los trabajos de redacción uso las aplicaciones que ya comenté en el post “Escribiendo por doquier (5)”. Así, pues, preciso disponer de algún servicio de ubicación de archivos en la "nube" de Internet para poder acceder y trabajar con ellos desde ordenador, tableta, smartphone o cualquier otro dispositivo con conexión a Internet.
Tratándose de información en la nube de Internet, además de las páginas Web que consultamos, podemos referirnos a información persona alojada en servidores externos según estas posibilidades:
Esto es tanto como tener una "bolsa" de datos personales ubicada en algún servidor en internet. Estos datos no te ocuparán sitio en tu disco duro o tarjeta de memoria, pero para acceder a ellos necesitaras conexión a Internet y descargar el archivo que precises. No es solución adecuada para escribir por doquier. Ni para ubicar archivos que precises de forma habitual. Pero sí es una buena alternativa para ficheros grandes de poco uso. Para este fin, yo utilizo Mega, pues ofrece 50 Gb gratuitos. Aunque ya tiene opción de sincronización (antes no), yo sigo manteniendo allí bastantes Gigas que raramente preciso consultar.
He de matizar lo de que "no es solución adecuada para escribir por doquier", porque realmente hay opciones de simple alojamiento que sí permiten mantener la información y las opciones de edición por doquier con la única restricción de precisar conexión sistemática con internet. Por ejemplo, con Drive puedes tener todos tus ficheros en la nube, y nada más que en la nube, y editarlos directamente desde los servidores de Google con las herramientas ofimáticas de Google (Google Docs).
Pero yo no acabo por decantarme por ese tipo de soluciones. Me da la impresión de que si no dispongo de "mi información" en un disco físico "mío", estoy "vendido". Al albur de decisiones o adversidades ajenas sobre las que no tengo posibilidad de reacción. ¿Qué hacer cuando cae la red? ¿Qué hacer si Google cambia las condiciones del servicio?...
Con esta opción mantienes los datos en tu disco, con lo que esa inquietud que acabo de comentar queda resuelta. En realidad esta opción es equivalente a las copias de seguridad que puedas hacer de tus datos en un disco externo, solo que algo más cómoda de ejecutar. Recientemente he sabido de "Degoo", un servicio en esta línea de resguardo y ofrece 100 Gb de alojamiento gratuito.
La realidad es que muchos servicios de alojamiento de datos en la nube comenzaron así, pero paulatinamente ampliaron sus funcionalidades a la tercera opción que comentaré a continuación. Pero bueno, ninguno que yo sepa ofreciendo tanta capacidad gratuita de alojamiento.
La utilidad que supone este tipo de alojamiento para la escritura por doquier es ninguna. Podrás tener la tranquilidad de que tus trabajos realizados en el ordenador están asegurados por un respaldo en la nube, pero si pretendes acceder a ellos desde la tableta el smartphone u otro ordenador no podrás. Para ello precisarán ubicación en la nube con sincronización entre tus diversos terminales.
En mi "jerga particular", cuando hablo de disco en la nube me estoy refiriendo a la imagen que de determinados directorios de mi disco duro principal tengo en algún servicio de alojamiento de información. Entiendo que estrictamente la primera de las opciones comentadas responde perfectamente a la idea de "disco en la nube"; pero en lo que a mí respecta, descarto por completo trabajar con "mi información" ubicada solamente en servidores de "otras personas" por los riegos que antes he comentado.
En cambio, el tener "mi información" en "mi disco", me da tranquilidad. Y el poder acceder a ella y poden modificarla desde cualquier lugar y con cualquier terminal me da flexibilidad. Y es para esta última funcionalidad por lo que principalmente recurro a los discos en la nube con sincronización de datos. El proceso que sigue la información es muy sencillo:
1) Básicamente la información reside en el disco duro de mi ordenador principal, que es un portátil de 15,4" con el que trabajo habitualmente en casa (y del que además de la seguridad que supone tener sincronización en la nube, también realizo copias de seguridad en discos externos).
2) De los directorios que me interesan configuro una copia sincronizada en algún servicio de los que tantos existen y a los que más adelante me referiré. Al ser copia sincronizada, cualquier cambio que se realice en cualquier fichero en mi ordenador, será automáticamente actualizado en el fichero "gemelo" existente en el servidor que tenga alojada la copia sincronizada.
3) Dado que todos los trabajos sincronizados modificados en mi portátil están actualizados en la nube, desde cualquier terminal puedo acceder y modificar los ficheros sobre los que a los trabajando. Como ejemplo: ahora mismo estoy redactando en un centro comercial desde la tableta mientras tomo una cerveza para "hidratarme" tras el trayecto en bici que me ha traído hasta aquí (Urbil). Importante en este punto es la necesidad de que sea fácil la lectura, edición y actualización de los ficheros. El documento Word en el que estoy redactando en estos momentos lo tengo abierto con la aplicación “WPS Office”, a la cual he dado permisos en Drive para acceder y modificar mis archivos. De esta forma es muy fácil el acceso y modificación de los ficheros. Y es que hay aplicaciones de edición que no tendrán la posibilidad de acceso directo a los servidores en la nube. O servidores en la nube para los que no haya aplicaciones (o sea complicada la configuración de acceso).
4) Por último, y puesto que cualquier trabajo que haya realizado fuera a casa se actualiza en el servidor, en la "nube", cuando llegue a casa y encienda y portátil, la copia en mi disco duro se actualizará y reflejará todos los cambios realizados “por doquier”.
Nota importante: Todo esto que he comentado requiere un mínimo de configuración, tanto en el ordenador, los terminales y los servicios de alojamiento en la nube. Pero la verdad es que son procedimientos muy sencillos.
Estaba en mi intención dedicar este post justamente a comentar los servicios que conozco (bastantes), y utilizo (algunos). Pero dado que esta "introducción" me ha supuesto más de 1000 palabras, opto por dejar estos comentarios para un próximo post.
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