Otro anzuelo de estafadores: ¡La Biblia!

¡Quién lo diría! Que se provechen de la Biblia para enganchar incautos y sacarles el dinero.

Bueno, incautos, como yo; que he picado... Aunque menos...

Lo cierto es que estos días pasados he picado y facilitado un número de tarjeta de crédito, en la cual inmediatamente me han cargado hasta el límite que tenía autorizado en la tarjeta.

Afortunadamente, aun siendo incauto, antes de dar el número de mi tarjeta de crédito, creé una tarjeta virtual con tope de 1€, pues como leeréis más adelante, había suficientes indicios para sospechar fraude.

El anzuelo que me enganchó

Durante la preparación del post para la próxima publicación, precisaba la Biblia para consultar varios versículos y conocer el contexto del tema. Normalmente hubiese usado la aplicación eSword (la mejor herramienta para el estudio de la Biblia y consultas de obras relacionadas), pero lamentablemente sólo funciona bajo Windows. Y dado los problemas que repetidamente me da Windows 10, lo utilizo el mínimo tiempo indispensable (tengo arranque dual, con Windows y Lubuntu, de la “familia” Linux). Así que habitualmente trabajo bajo Lubuntu (Muy liviano y rápido. Lo aconsejo).

Dado que bajo Lubuntu no funciona eSword (Xiphos, la alternativa a eSword bajo Linux, no me convence), bajo Lubuntu recurro a la página https://www.biblegateway.com/, con la que es posible realizar buenas investigaciones sobre los temas bíblicos. Y con ella estaba en esta ocasión que piqué el anzuelo. 

Pero echaba en falta la visión de conjunto que permite una buena Biblia impresa en papel, con comentarios y títulos en las secciones. En concreto echaba en falta la Biblia Scofield que durante tantos años he usado hasta que prácticamente me he volcado en el mundo digital. Cierto que en ocasiones aún recurro a ella, pero este dichoso confinamiento por el “coronavirus” me ha pillado en un lugar donde no la tengo. Así que pensé: ¿Por qué no buscar por Internet una versión en PDF? 

Dicho y hecho: empecé a bucear entre páginas. Había muchísimas anunciando la Scofield, pero en papel. Afortunadamente llegué a una que ofertaba la lectura en línea, la descarga en PDF o en formato eboox, así que me dije: “Vamos a por ella”...

... Sí, ya “piqué”.

El proceso de “pesca”

Lo cierto que me empezó a mosquear que justamente la posibilidad de obtenerla en PDF fuese gratis. Pero bueno, seguí adelante...

No voy a promocionar sitios sospechosos, pero adjunto una imagen de la pantalla conteniendo el “cebo”:

Al pinchar en los recuadros verdes, direcciona a esta otra página:

En la página ya anuncian los pasos a seguir para poder descargar, y al pinchar en alguno de los recuadros azules, reenvían a alguna página donde solicitan darse de alta. He comprobado que no siempre envían a la misma página (fastplayz.com, zedplays.com. iread-now.com, urbookreader.com ¿quizás otras en otras ocasiones…?). Pero cualquiera de ellas reenvía a otra en la que solicitan la inscripción gratuita:

Así que pinché en el cuadro azul correspondiente al formato PDF, y tras dar una dirección de mail y una contraseña se abrió otra página en la que ya me pedían un número de tarjeta y los datos asociados (fecha caducidad y CVV).

Claro en este punto ya tenía suficientes dudas como para no darles la numeración de mi tarjeta de crédito. Para internet utilizo una tarjeta virtual, con un límite bastante bajo. Pero ni siquiera esa quise facilitar, así que creé otra tarjeta virtual con límite de 1 euro (las tarjetas virtuales por internet que facilita Kutxabank son muy sencillas de gestionar).

Pues bien. Tras “darme de alta” y facilitar una tarjeta de crédito, intento iniciar sesión en la página inicial de descarga, pero sorprendentemente no encuentro ninguna opción para el inicio de sesión. Solamente la opción de registrarse tras solicitar lectura en línea o descarga. Y claro, ya no me reenviaba a la página de fastplayz.com, pues ya había picado allí. Me enviaban a otra página, esperando que volviese a picar y facilitase otra tarjeta, o la misma, pues desde otro sitio podrían realizar otro cargo.

Estaba claro: Yo había picado el anzuelo, pero no tenía aún claro si el pescador había tirado del sedal y había cogido el dinero.

Consulté en la Kutxa , y ciertamente, ya me habían cargado hasta el liḿite con el que creé la tarjeta virtual.

Investigando la “fama” del “pescador”

Aliviado por no haber soltado más de 1 euro, intento averiguar algo más de estas páginas. Consigo entrar en la web donde me dirigieron para darme de alta (fastplayz.com) e intento buscar la Biblia Scofield: No aparece por ningún lado. Ni siquiera la búsqueda con la palabra Biblia da resultados. Y para colmo, todos los títulos de libros que ofertaban estaban en inglés.

Investigo la fiabilidad de la página, y en el sitio trustscam.es (sitio que analiza la fiabilidad de los sitios web) encuentro estos tres comentarios:

“Cuando revisé mis documentos, descubrí que usted cobró 49.95€ de mi cuenta. No he firmado ningún contrato y solo quería ver el listado de películas que ofrecen. La tarjeta de crédito me la solicitó solo para verificar la edad. Mi cuenta será bloqueada inmediatamente y bloquearé sus reservas. Nunca utilicé el sistema después de mirar una vez”. (Traducido del alemán).

“Todos los meses pago a su organización. No sé lo que estás haciendo y nunca he usado su software. Le pido que rescinda el contrato y me devuelva todo lo que pagué”. (Traducido del francés).

“Fastplayz.com es un sitio web engañoso en el que NO se puede confiar. Los llamé el 18 de diciembre de 2016. Se anuncian como gratuitos, pero reconocieron al preguntar que después de cinco días se cobra a la tarjeta alrededor de $ 49 / mes. Por lo tanto, su sitio web es una estafa, y no confiaría en ellos”. ( Traducido del inglés).

¿Cómo lo ven?

Está claro que en este mundo digital también hay “rapaces que se visten con pieles de ovejas para incautar”, en este caso concreto, a los cristianos; porque supongo que pocos ateos andarán buscado Biblias por Internet.